Sarajevo, en la guerra que tuvo lugar entre 1992 y 1995, algunos edificios de Sarajevo fueron destruidos. Su reconstrucción comenzó poco después del fin de la guerra, en 1996. En 2003, la mayor parte de estos edificios habían sido reconstruidos, dejando sólo algunas ruinas visibles en la zona centro.
El valle donde se ubica la actual ciudad de Sarajevo tiene una larga historia que se remonta al período Neolítico, cuando la Cultura Butmir floreció en el lugar. Los ilirios habían creado varios asentamientos que fueron conquistados por Roma hacia el 9 d. C. En época romana se construyó una colonia llamada Aquae Sulphurae ("Aguas Sulfurosas"), debido a la existencia de fuentes termales. El asentamiento romano actualmente forma parte del suburbio de Ilidža. Tras la caída del Imperio Romano, los Godos se asentaron en la zona, seguidos posteriormente por los eslavos en el siglo VII.
Durante la Alta Media el lugar fue renombrado como Vrh-Bosna, una ciudadela eslava que fue conquistada por los turcos otomanos en 1429. Bajo el liderazgo de Isa-Beg Isakovic, el primer gobernante otomano de la provincia de Bosnia, la ciudadela fue convertida en una ciudad llamada Bosna-Saraj, en 1461. Normalmente se indica este año como el de la fundación del moderno Sarajevo.
La ciudad floreció el siglo XVI y a finales del siglo XVII era la ciudad más importante de los Balcanes, y segunda del Imperio Turco tras Estambul. En 1878 Bosnia-Herzegovina pasaba a estar tutelada por el Imperio Austrohúngaro, lo que permitió a la ciudad alcanzar los patrones de los tiempos de la era industrial. Se convertiría en un importante foco del nacionalismo eslavo, sobre todo a partir de 1908, cuando Austria-Hungría se anexionó oficialmente la región que pasaba a ser una provincia administrada conjuntamente por Hungría y Austria.
El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando y su mujer, Sofía Chotek, fueron asesinados en Sarajevo por el serbo-bosnio Gavrilo Princip, acontecimiento que sirvió de pretexto para el comienzo de las hostilidades en la Primera Guerra Mundial (véase Atentado de Sarajevo). Tras finalizar esta y disolverse el Imperio Austrohúngaro la ciudad formaría parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, más tarde llamado Yugoslavia. En 1941 bajo la política expansionista de Hitler, la ciudad fue invadida por las tropas conjuntas del Eje repartiéndose el territorio yugoslavo entre alemanes, italianos, croatas, húngaros, rumanos y búlgaros. En 1945 la ciudad fue recuperada por las tropas de la Unión Soviética. Al finalizar la II Guerra Mundial se estableció un gobierno socialista al mando del Mariscal Tito en toda la región. Después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un centro industrial y turístico, albergando los Juegos Olímpicos de Invierno de 1984.
Con la desintegración de Yugoslavia, Sarajevo se convirtió en la capital de la independiente República de Bosnia y Herzegovina donde no tardarían en comenzar las hostilidades entre las tres principales etnias. El 6 de abril de 1992 la ciudad fue cercada por los serbobosnios, y sufrió el sitio de Sarajevo. La guerra duró hasta 1995, causando la destrucción en la ciudad por los continuos bombardeos a los que fue sometida. La reconstrucción comenzó inmediatamente al cesar las hostilidades y, alrededor de 2003, la mayor parte de la ciudad ya había sido reconstruida, siendo aún visibles algunas ruinas en el centro de la ciudad.
Guerra de sarajevo
La vida en Sarajevo transcurría normalmente en marzo de 1992, cuando el teniente coronel Jorge Reta llegó con las fuerzas de protección de las Naciones Unidas.La gente iba al trabajo y caminaba libremente por las calles. Los cafés, restaurantes y comercios florecían. El aeropuerto estaba en funcionamiento.
“No sabíamos lo que iba a pasar pocos días después”, relata Reta ahora en su segundo recorrido por la ciudad como jefe de operaciones de los medios de comunicación de las Fuerzas Especiales de la OTAN.
En abril de 1992, Bosnia-Herzegovina declaró su independencia de Yugoslavia. Los francotiradores cumplían sus misiones en la ciudad, mientras la artillería pesada apuntaba a la metrópolis desde las colinas circundantes.
“Fue una maniobra muy rápida”, refiere Reta. “Y entonces comenzó la agonía de Sarajevo.”Miles de proyectiles hacían impacto en la ciudad prácticamente cada noche durante tres años y medio.
“Nuestro edificio fue bombardeado seis veces en dos meses”, afirma Reta, fijando su mirada en un punto distante. “Recuerdo haber pensado que iba a morir. Un proyectil de mortero cruzó a 15 metros de mi oficina. Primero se escuchó como un zumbido, luego como un trueno. Algunas personas resultaron heridas dentro del edificio; dos niños resultaron muertos en la calle y su madre, que había perdido las piernas, trataba de ponerse de pie.”
En los diez meses que permaneció en Sarajevo, recuerda, miles de habitantes de la ciudad fueron víctimas de las balas y las granadas. Respirando profundamente, murmura: “Y yo personalmente no podía hacer nada.”
Las tropas de las Naciones Unidas fueron retiradas de Sarajevo y enviadas a Belgrado cuando comenzaron los bombardeos. Solamente quedó atrás una pequeña unidad francesa. Doce oficiales y 80 soldados retornaron a Sarajevo a finales de mayo, después de que un ataque de morteros dirigido contra un grupo de personas que hacían la cola para comprar pan, mató a 14 de ellas.
“El problema era nuestro mandato”, afirma Reta.Las tropas de las Naciones Unidas tenían órdenes de ayudar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados a alimentar a la población y a “supervisar” los armamentos pesados que apuntaban hacia Sarajevo, afirma RetaLas tropas monitoreaban 11 posiciones de artillería pesada, alrededor de la mitad de todas las posiciones.
“El problema consistía en que nosotros no teníamos ninguna autoridad para detener los bombardeos. En esas 11 posiciones ellos disparaban hacia Sarajevo, aun cuando se encontrase allí un oficial de las Naciones Unidas,” afirma Reta. “Lo único que podían hacer los militares era informar cuántos proyectiles se habían disparado. Nosotros compilábamos la información y luego la enviábamos a Ginebra y posteriormente a Nueva York.
“Ahora es que puedo entender —no así en aquel entonces- por qué la gente aquí estaba tan enojada con nosotros. Nos recibieron, nos dieron la bienvenida con flores y gritaban en las calles,” rememora Reta. “Pero mes tras mes se fueron tomando más agresivos y nos decían: ‘Nosotros no queremos alimentos, queremos armas. Ustedes nos están alimentando, y lo único que están haciendo es prolongar nuestra agonía.’ Nosotros no teníamos respuestas que darles, excepto acerca de los alimentos.”
Lo que sucedió en Sarajevo viola todas las leyes internacionales humanitarias, dice Reta. En ninguna circunstancia se debe hacer de civiles objetivos militares, aunque alimenten y protejan a efectivos militares.
“De acuerdo con las normas, esto no está permitido, bajo ningún concepto”, afirma Reta. “Los objetivos militares son siempre objetivos sin personas civiles. Si iniciamos esa cadena, entonces todo estaría permitido sin excepción alguna. Eso es lo que sucedió aquí. El problema consiste en que hay que aplicarlo en todo el mundo. Este no es el caso, pero no sólo aquí. Lo mismo sucede en Asia y en Africa.”
Video Final de la Guerra:
http://it.truveo.com/el-cerco-de-sarajevo-termina-la-guerra/id/3608591353
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