viernes, 19 de junio de 2009

Alexander Litvinenko

Aleksandr Valtérovich Litvinenko fue un teniente coronel de la KGB que murió envenenado en extrañas circunstancias.


Nacido en 1962 en la ciudad rusa de Vorónezh, a 300 km de Moscú, Litvinenko fue llamado a filas en 1980 y en menos de 20 años ascendió de soldado raso a coronel. En 1998 denunció una serie de irregularidades del Servicio Federal de Seguridad (FSB), convirtiéndose en uno de los máximos opositores del presidente ruso Vladímir Putin. Indicando ser perseguido en su propio país, pidió asilo político en el Reino Unido. En otoño de 2001 publica en Nueva York su libro El FSB dinamita Rusia, que sirvió de base para el guión de la película francesa Atentado contra Rusia.

En el 2006 obtuvo la nacionalidad británica. Falleció el 23 de noviembre de 2006, después de ser envenenado con polonio-210 radiactivo.Aunque inicialmente se pensó que había sido envenenado con talio, también se encontraron trazas de polonio-210 en cuatro lugares londinenses, en su casa en Muswell Hill, un hotel en Grosvenor Square, un restaurante donde habría ingerido la sustancia radioactiva, y en el estadio de fútbol del Arsenal FC, el Emirates Stadium.Según dijo, investigaba la muerte de la periodista Anna Politkóvskaya y más casos de asesinatos y torturas en Chechenia. Dos días antes de su muerte, Litvinenko le dictaba una declaración a su amigo, Alex Goldfarb, quien es también presidente del Civil Liberties Fund de Boris Berezovsky, donde culpaba a Putin de su asesinato:



Quiero agradecer a muchas personas. A mis doctores, enfermeras y el plantel del Hospital que hizo todo lo posible por mí, a la policía británica que está investigando mi caso con vigor y profesionalismo y vela por mí y mi familia.


Quiero agradecer al gobierno británico por cuidarme. Estoy orgulloso de ser un ciudadano británico.Quiero agradecer al público británico por sus mensajes de apoyo y el interés que ha mostrado hacia mi situación.Agradezco a mi esposa Marina, que se ha quedado conmigo. Mi amor para ella y nuestro hijo no conoce límites.Sin embargo, estando aquí puedo oír el aleteo de las alas del ángel de la Muerte.Podría escaparme de él, pero mis piernas no corren tan rápido como me gustaría.Por lo tanto, pienso que tal vez es el momento de decir unas cosas a la persona que es responsable de mi actual situación.Podrá lograr silenciarme, pero todo silencio tiene su precio. Ha mostrado usted ser tan bárbaro y despiadado como afirman sus más duros críticos.Ha mostrado usted no tener respeto por la vida, la libertad o algún valor de la civilización.Ha mostrado usted ser indigno de su oficio, ser indigno de la confianza de hombres y mujeres civilizados.Podrá lograr silenciar un hombre pero el aullido de protesta, Sr. Putin, retumbará en sus oídos por el resto de su vida.Que Dios se apiade de usted por lo que ha hecho, no sólo a mí sino a la amada Rusia y su pueblo.


Vladímir Putin declaró lamentar la muerte de Litvinenko, negó cualquier relación con la misma, y dijo lamentar su utilización con fines de provocaciones políticas. El mandatario ruso declaró ofrecer la colaboración del FSB en la investigación sobre la muerte de su ex agente.
En enero de 2007 el diario polaco Dziennik reveló que el retrato de Litvinenko era usado como blanco de tiro en los polígonos de entrenamiento de las tropas especiales rusas "Vityaz". Los blancos fueron fotografiados durante la visita del Presidente de la Duma Sergey Mirónov el 7 de noviembre de 2006, dos semanas antes de la muerte de Litvinenko. Cuando el Ministro de Defensa de Rusia Sergéi Ivánov comentó una nueva ley para que "Rusia tenga el derecho a realizar ataques preventivos contra bases de militantes en el exterior" y que "en estos ataques preventivos usaremos de todo, excepto armas nucleares", Litvinenko afirmó: "¿Ustedes saben a quienes es que ellos se refieren al decir "bases terroristas en el exterior"? Se refieren a nosotros, a Zakaev, a Boris, y a mí".


Las autoridades británicas determinaron que el ex espía ruso Andréi Lugovói fue el que envenenó a Litvinenko, y el 23 de mayo de 2007 pidieron su extradición. Putin, a pesar de haber ofrecido su colaboración, se negó. Rusia argumentó que su Constitución no permite la extradición de ciudadanos rusos y que no existe un tratado de extradición entre Rusia y el Reino Unido. Dicha negativa desencadenó una crisis diplomática durante la cual el Reino Unido expulsó a 4 diplomáticos rusos, y a su vez Rusia contestó con la expulsión de 4 diplomáticos británicos.
El Reino Unido sugirió a Rusia cambiar su Constitución.La sugerencia fue duramente criticada por Moscú.


La posibilidad de juzgar a Lugovói en Rusia depende de que los británicos aporten pruebas en su contra, algo que no han hecho hasta ahora.

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