domingo, 21 de junio de 2009

Psiquiatría y Holocausto

El 30 de enero de 1933, el Presidente Hindenburg nombra a Adolf Hitler, líder del NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (Partido Obrero Alemán Nacional Socialista) Primer Ministro (en alemán: Canciller del Reich) de Alemania, en coalición con el Partido Católico de centro, hecho de una envergadura política y trascendencia social en el futuro de Europa que conducirá a la extendida concepción sobre la implicación de la Iglesia Católica en la subida al poder del movimiento nacionalsocialista en Alemania y su posterior desarrollo del régimen nazi, cuando en realidad meses después y sin utilizar los medios democráticos que habían permitido la subida al poder del partido nacionalsocialista se produce un golpe de estadointerno en la conocida "noche de los cuchillos largos" (1934) en que se depuraron todos los mandos del sector izquierdista de las tropas de asalto o SA, hecho de gran significación política que es la que realmente explica el posterior desarrollo ya sin oposiciones del aparato ideológico interno que permitirá instaurar el régimen del terror en Alemania y al que se opone la Iglesia Católica de forma tajante y concreta.

Sin embargo, es la situación previa la que se debe examinar para explicar lo sucedido en etapas precedentes, tomando como punto de partida y factor detonante la publicación tras la Iª Guerra Mundial de la monografía del jurista, Karl Binding, y el psiquiatra, Alfred Hoche; "Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens" (La liberación de una vida sin valor mediante la aniquilación) , 1920, sobre la muerte dada intencionalmente, reputada por medio de técnicas médicas, y que adoptaría la cúpula de la cancillería como principio rector desde el momento de la proclamación del IIIer. Reich (1933-45) que con la llegada del nazismo al poder, desencadenaría en Alemania un debate público sobre la eutanasia; es en la revista"Ethik" donde sus partidarios, se refieren frecuentemente a la "Tötung" de Karl Binding (1841-1920) y Alfred Hoche (1865-1943). El mismo Dr. Hoche hasta 1943 en que se suicida interviene activa y personalmente en el debate seguido de cerca por la Administración y el Estado nazi.Klaudia Schank y Michel Schooyans, traductores del alemán del dossier Binding-Hoche (Éditions Le Sarment, 2002. Paris) señalan que la exigencia era liberalizar la destrucción de una vida indigna de ser vivida.

Podemos afirmar sin lugar a dudas que ambos autores prepararon a los burócratas, a los médicos y psiquiatras no solamente para la aceptación, sino también para la ejecución de las muertes en masa a partir de 1939, e incluso antes, sin la intervención de la iglesia católica alemana que a través de sus obispos de Münster, Fulda y Limburg se mostraría contraria a los crimenes documentados en los informes del Tribunal Militar de Nuremberg y procesos posteriores, en los que insistimos no aparecen acusados o inculpados en ninguno de sus casos altos responsables eclesiásticos.Por ello, partimos de los informes del Dr. Alexander Mitscherlich y los procesos de Nuremberg, que fueron objeto de censura por los gremios médicos de Alemania durante más de una década, es decir, de su análisis sobre los fundamentos del comportamiento colectivo que condujeron en la práctica a la planificación de crimenes en los hospitales psiquiátricos, a la eutanasia y los campos de concentración y exterminio.


También partimos de las importantes tesis contrarias a Daniel Goldhagen, y que han sido defendidas durante décadas por el profesor emérito en Ciencias Políticas por la Univ. de Vermont (EE.UU.), fundador de la Cátedra de Estudios sobre el Holocausto, Raul Hilberg, autor del libro "La destrucción de los judíos europeos" (Yale, 1961), que apareció publicado inmediatamente al libro "Medicina sin Humanidad" del Dr. Alexander Mitscherlich (Frankfurt, 1960); coincidiendo ambos en el tiempo con el procesamiento del organizador del holocausto, Adolf Eichmann, entre los nazis mas célebres (cuya captura se debe a las investigaciones de Simón Wiesenthal), secuestrado en Argentina en mayo 1960 por los servicios secretos israelíes del Mossad y luego juzgado en Israel.

En el Informe del Dr. Alexander Mitscherlich sobre los procesos de Nuremberg se constata la participación e intervención de grupos de planificación de los crímenes (Alexander Mitscherlich/Fred Mielke (eds.): Medizin ohne Menschlichkeit. Dokumente des Nürnberger Ärzteprozesses, Frankfurt 1960, p. 19, 183 y 375), tal como constata Rainer Huhle en su documento "Los Médicos Contra La Humanidad" aparecido en el Seminario Internacional: "Impunidad y sus Efectos en los Procesos Democráticos" (Santiago de Chile, 14 de diciembre de 1996), 50 años después del holocausto judío.


En su contexto histórico y gracias a la iniciativa de Víctor von Weizsäcker, se fundó la Psychomatischen Universitälsklink (clínica universitaria de la Universidad de Heidelberg) en Alemania Federal, bajo la direccióndel Dr. Alexander Mitscherlich, profesor y director de la misma y quien más tarde sería conocido como autor de libros importantes como "La incapacidad del duelo", "Los fundamentos del comportamiento colectivo", etc ... quien había recibido poco tiempo antes y por parte de la Asociación de los gremios médicos de Alemania el encargo de observar el proceso de los médicos en Nuremberg. Luego, el Dr. Alexander Mitscherlich, junto con su asistente, redactó un informe amplio que entregó a la Asociación en cuyo nombre había asistido a las sesiones del juicio.


En sus escuetos comentarios, se mostró asombrado por la dimensión de los hechos aberrantes que habían sido cometidos por personas de alto rango y prestigio sobre quienes nadie hubiera sospechado que hubieran podido ser capaces de tales crímenes. Lo que aún le asombraba más, era la falta de conciencia y de penitencia después de los hechos.

El Tribunal Militar Internacional (TMI) desarrolló su orden de sesiones entre el 18 de octubre de 1945 y el 1 de octubre de 1946, y el primero de los 12 procesos posteriores fue el juicio de doctores en Nuremberg, se desarrolló del 9 de diciembre de 1946 al 20 de agosto de 1947, hasta en las últimas ediciones de su documentación sobre el juicio penal condenatorio de Nuremberg, no sólo los acusados, sino también el mismo gremio profesional por cuyo mandato había escrito su informe el Dr. Alexander Mitscherlich, en la práctica lo desconoció. Ante la reticencia de buena parte de los médicos asociados, y la negación abierta de los terribles hechos revelados en el juicio por algunos profesionales, la asociación silenció su propio informe. Los 10.000 ejemplares impresos desaparecieron de manera misteriosa.


Tal como él mismo afirmó : "En ninguna parte se dió a conocer el libro, no hubo ninguna reseña, ninguna carta de lector; entre las personas que conocimos en los diez años siguientes no hubo ni una que sabía del libro - era un misterio, como si jamás se hubiera publicado el informe," esto lo escribió años más tarde él mismo en la presentación de la primera edición de bolsillo que finalmente, en 1960 llegó a un público amplio.Pero no fueron aquellos médicos que habían mantenido intacta su conciencia humana y la vigencia de las normas éticas de su profesión, quienes dominaron el discurso profesional después de la derrota del nacionalsocialismo, ni mucho menos llegaron a posiciones claves en sus gremios respectivos. Mientras fue callado el informe sobre el proceso de Nuremberg - marcado de una búsqueda de comprender lo que había pasado -, entre la gran mayoría de los médicos reinaba un compañerismo y un espíritu de cuerpo en que la ética y la justicia no tenían lugar, y menos la conciencia y la consideración de las víctimas. La postura del Dr. Alexander Mitscherlich en su informe "Medicina sin Humanidad" (Medizin ohne Menschlichkeit) aludiendo precisamente a la medicina del IIIer. Reich, coincide con la argumentación sobre la "anestesia moral" frente a los sufrimientos de las víctimas de la eutanasía que Víctor von Weizsäcker diagnosticó en 1947, para los médicos que colaboraban con los nazis, y que emplea cuando, enfrentado a comentar el juicio de Nuremberg sostiene que en el banquillo de los acusados no se acoge a personas sino a una forma de medicina que había olvidado y ahogado la relevancia moral (y que se perpetuó después de la guerra a través de la complicidad con los culpables, inclusive con algunos criminales de primer rango). Al mismo tiempo que se ocultaba la verdad sobre la vergonzosa participación activa de importantes miembros de la profesión médica en los crímenes nazis, a los pocos años de la fundación de la República Federal de Alemania, varios médicos involucrados con el régimen fascista y partícipes de algunos de sus crímenes más atroces llegaron nuevamente a puestos claves del sistema de salud y de sus gremios. La negación de la verdad tuvo como consecuencia inevitable el olvido y la impunidad. En los años sesenta y setenta, y en buena parte bajo el impacto del informe del Dr. Alexander Mitscherlich ya publicado, una minoría de los profesionales médicos tomó conciencia de la culpabilidad de sus colegas y de la responsabilidad especial de su profesión, y como resultado en la actualidad se dispone de una amplia bibliografía de investigación sobre el rol de los profesionales del sector salud durante el nazismo, por eso merece destacar la obra "La destrucción de los judíos europeos" de Raul Hilberg publicado por la Universidad de Yale (USA) en 1961 porque es el primer ejemplo claro que rompió con ese silencio, y después de decenas de miles de publicaciones sobre la cuestión, es el libro de referencia por excelencia. La bibliografía acumulada en los últimos años sobre el tema es impresionante. Y no quedaron solo en la investigación del pasado. Buscaron sacar las enseñanzas de las culpas para el presente. La memoria de las atrocidades de los nazis fue un incentivo para enfrentar los crímenes de la actualidad, no sólo para la generación de los sobrevivientes. Y una nueva generación de médicos, inspirada por personas excepcionales de la vieja generación, Richter y otros, se dedicó al estudio sistemático de la complicidad médica con los crímenes nazis.


En definitiva, fue un comité de especialistas médicos el que decidió sobre la técnica más eficiente del asesinato: la cámara de gas, y lo hicieron voluntariamente. Adolf Hitler, había asegurado las acciones de la campaña siniestra de "eutanasia" (Ernst Klee: "'Den Hahn aufzudrehen war ja keine große
Sache. Vergasungsärzte während der NS-Zeit und danach", en: Dachauer Hefte 4, München 1988, pág. 5) y los grupos de planificación de los crímenes (Horst-Eberhard Richter: Medizin und Gewissen, discurso de apertura en el congreso : "Medizin und Gewissen", Nuremberg 25 de octubre, 1996, p. 6 del manuscrito).

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