-Este pueblo creía firmemente que, después de morir, el alma del hombre viviría feliz sólo si se daba un tratamiento especial al cadáver para preservarlo de la corrupción.
-De esta manera perfeccionaron el proceso de conversión llamado embalsamiento, por el cual convertían los cadáveres en momias que colocaban en sarcófagos. Estos se decoraban con mayor o menor suntuosidad, dependiendo de la jerarquía social del muerto.
-En la tumba se depositaban diversos objetos que, se creía, el difunto podría necesitar o echar de menos en la otra vida. Aves y gatos, entre otros animales, eran también embalsamados para servir de compañía a los hombres en su viaje al otro mundo. No podía faltar la inclusión de un papiro en las que se consagraban las virtudes y buenas obras del difunto, con la finalidad de que
fuera juzgado indulgentemente por Osiris, el dios de la otra vida, en el tribunal de los muertos.
-Las pirámides constituían las tumbas más fastuosas e imponentes, pues en ellas se daba sepultura a los faraones.
Cultura Griega
-El horror a la muerte con la pérdida de la individualidad y, así, a mayor conciencia de individualidad, mayor miedo a la muerte.
-Por tanto, la agudización de este sentimiento también dependerá de lo estrechamente desligado que esté el individuo en relación a su grupo. Y, a la inversa, la presencia imperativa del grupo aniquila, inhibe o adormece la conciencia del horror a la muerte, como también lo hace la guerra o la polis; es decir, que la ciudad ofrece al ciudadano una compensación a la muerte.
-A pesar de esto, ninguna sociedad ha conocido aún una victoria sobre el horror a la muerte.
Cultura Rapanui
-Se fundamenta en el MANA, una fuerza espiritual de todos los individuos y del pueblo.
Pueblo Mapuche
-Para el mapuche el ánima del ser humano siempre vive en íntimo contacto con la naturaleza y, sobre todo, con los árboles.
Existe el Pu-Am, una ánima universal que permea todo lo viviente. De esta ánima universal se desprende la de cada hombre, el am, que acompaña su cuerpo hasta que muere. Pero no solamente el ser humano tiene su am; todo ser viviente posee su propia ánima.
-En relación a la muerte carnal del hombre, cuando el hombre se muere, su am se convierte en tu pijá y se resiste a alejarse de su cuerpo.
-Finalmente con el transcurrir del tiempo, cuando ya los descendientes del muerto han perdido la memoria del difunto, su alwe vuelve a reunirse al Pu-Am y así el ciclo alcanza su conclusión.
Cultura Occidental
-Gran modificación cultural, desde los familiares ritos funerarios hasta la medicalización e invisibilización de la muerte, en el hospital “a distancia”.
-En nuestra cultura, la muerte ocupa un lugar secundario, se considera lo contrario a la vida. En este sentido, es posible advertir una profunda diferencia con las otras culturas, donde la vivencia de la muerte se interioriza en la vida cotidiana, los muertos y los vivos constituyen una misma comunidad, el difunto sigue estando próximo”.
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